El rol esencial del ZINC en nuestro organismo

Zinc en pocas palabras

El zinc es un oligoelemento, significa que es una sal mineral presente en pequeñas proporciones en nuestro organismo. Sin embargo, tiene un rol esencial: estimulación de las defensas inmunitarias, protección contra el envejecimiento celular, mantenimiento de la calidad de la piel, uñas y cabello...

Una dieta sana y variada permite en la mayoría de las situaciones fisiológicas compensar las necesidades diarias de zinc. Sin embargo, determinadas situaciones pueden favorecer carencias y puede ser útil conocer el nivel de zinc presente en nuestro organismo.

¿Qué es el Zinc?

Este elemento no es menos esencial. Como cualquier oligoelemento, nuestro organismo no puede fabricarlo, por lo que será aportado por los alimentos o suplementos.

El cuerpo humano contiene alrededor de 2,5 gramos de zinc, principalmente almacenados en los órganos (hígado, páncreas, próstata en los hombres, ojos, glándulas suprarrenales, etc.) y la piel.

¿Cuál es el rol del zinc?

Las funciones del zinc son numerosas. Podemos citar:

• Estimulación de las defensas inmunitarias. La vitamina D y el zinc trabajan juntos para ayudar a su sistema inmunológico.
• Mejora de la cicatrización de heridas.
• Rol esencial en el metabolismo celular al permitir el funcionamiento de muchas enzimas
• Rol en el crecimiento y desarrollo del niño y el feto durante el embarazo
• Participación en la síntesis de ADN y proteínas
• Mantener la piel, el cabello y las uñas en buen estado
• Rol en la vista, el gusto y el olfato
• Actividad antioxidante esencial.

¿Cuáles son los efectos de una deficiencia de zinc?

Las deficiencias importantes de zinc son raras y afectan principalmente a los países en desarrollo. De hecho, una dieta sana y variada normalmente aporta una cantidad suficiente de zinc a nuestro organismo.

Sin embargo, debido a las necesidades adicionales de zinc, ciertas situaciones fisiológicas pueden favorecer las deficiencias: niños en crecimiento o mujeres embarazadas, por ejemplo.

Dado que el zinc lo aportan los alimentos, los sujetos desnutridos (personas mayores, por ejemplo), los pacientes anoréxicos o los que padecen síndromes de malabsorción (enfermedad celíaca, por ejemplo) también pueden presentar niveles insuficientes de Zinc.

Los efectos de una deficiencia en el organismo son variables: retrasos en el crecimiento de los niños, mayor riesgo de complicaciones en las mujeres embarazadas, caída del cabello y uñas quebradizas, problemas de la piel como el acné, retraso en la cicatrización o psoriasis.

Por el contrario, la sobredosis no tiene un efecto tóxico importante conocido, pero podría ir acompañada de una deficiencia de cobre. Es por esto que la ingesta a largo plazo de Zinc debe ir acompañada de la ingesta de Cobre.

Zinc: un aliado para nuestra piel

El zinc se concentra en una proporción significativa en la piel. Participa en particular en la producción de colágeno. El colágeno es una proteína abundante en la estructura de la piel, mantiene su rigidez y elasticidad, previene la flacidez de los tejidos.

Debido a su otra actividad antioxidante, el zinc podría tener un rol en la protección del envejecimiento de la piel.

El colágeno también participa en la cicatrización de heridas. Es por esta razón que el zinc indirectamente ayuda a acelerar el proceso de curación.

La ingesta de zinc ayudaría en el tratamiento del acné moderado. Las propiedades antiinflamatorias del Zinc a nivel cutáneo y su acción reguladora sobre las glándulas sebáceas estarían en el origen de su actividad. Existen pues medicamentos o complementos alimenticios a base de Zinc indicados para tratar el acné. El zinc, además de los tratamientos habituales, también podría ser eficaz en pacientes con psoriasis.

¿Qué alimentos contienen más zinc?

Nuestro organismo asimila menos de la mitad del zinc que contienen nuestros alimentos. Muchos alimentos lo contienen, pero las ostras contienen la mayor parte.

El zinc se encuentra en todo tipo de alimentos: en carnes rojas o blancas, vísceras, semillas, frutos secos y cereales, pescados y mariscos, especialmente moluscos.

 
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